Angela está desilusionada ante la actitud de Emilio y decide ir a tomar una copa con su amigo Alfred. Una vez en el bar, Angela pide escuchar la canción "Tu t' laisses Aller" de Charles Aznavour precedente de la máquina de discos. A partir de ahí, se produce una larga secuencia en silencio, con el único acompañamiento sonoro de la delicada canción mientras ella se muestra triste e inquieta con constantes miradas hacia una fotrografía en la que se puede observar a Emilio con otra chica. Mientras, Alfred se mantiene a su lado, fumando tranquilamente, hasta que angela pregunta quien es esa chica y la canción termina. El resultado es un magnifico recital de una Anna karina inmensa, exponiendo todos sus sentimientos sin necesidad de hablar, expresándola a través de esos enormes ojazos que acaban tumbando hasta al más incrédulo de los espectadores.
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